Sin pantalones en el metro


¿Exhibicionismo? ¿Publicidad? ¿Cámara oculta? Nada de eso. Simple y llanamente un ‘flashmobs’. Tan solo se trata de llamar la atención y obtener gestos de complicidad. Cuanta más gente participe mejor, aunque por estos lares este tipo de campañas, la verdad, aún son realmente sorprendentes. El día ‘Sin pantalones en el metro ‘ pretende ser una original iniciativa que invita a la gente a subirse al suburbano, sin pudor, en paños menores. Y mantener una actitud lo más digna posible, como si nada fuera con los participantes. Es decir, continuar con la rutina diaria como cualquier otro viajero, aunque ciertamente mucho más ligeros de ropa. Así que no es de extrañar la cara de sorpresa de los vecinos de viaje.

Más de 90 países celebran al mismo tiempo la curiosa bajada de pantalones en el metro, convocada a nivel mundial por ‘Improv Everywhere’, un colectivo dedicado a las artes escénicas, y que tiene en su haber más de cien misiones ‘espontáneas’. El acontecimiento, convocado a través de Facebook, es conocido como ‘flashmobs’, o lo que es lo mismo, realizar acciones multitudinarias en lugares públicos con el fin de no dejar indiferente a sus improvisados espectadores.

La iniciativa llamada «No Pants Subway Ride» (Viajar en Metro sin pantalón) surgió hace nueve años de un grupo de artistas neoyorquino llamado ‘Improv Everywhere’, en la que participaron apenas siete integrantes, todos hombres, y que no sólo llamó la atención de los adormilados o apresurados pasajeros del metro de esa ciudad, sino también de la policía. En sus primeros años, llegaron a ocurrir algunos incidentes, como en su segunda edición, en 2003, cuando el conductor del Metro de Nueva York en el que se subirían se percató de la situación y reclamó por el sistema de audio de los vagones: «¡esto no es un parque de diversiones!».

Con temperaturas polares y sin vergüenza, fueron escasos los valientes que pasearon su palmito por los vestíbulos y andenes del metro de Madrid . «Lo hacemos en enero porque es más impactante», señalaba Héctor, miembro de Improba España, encargada de organizar el evento en la capital de España; y añadía, «se elige el día 10 porque es el día más frío del año».

En España, Madrid y Barcelona estaban llamadas a sembrar el desconcierto en sus respectivos suburbanos. Los voluntarios, en su mayoría jóvenes, acudían a la cita con ganas de experimentar y hacer cosas distintas. «Hacer una locura siempre viene bien», decía entre risas Miriam, una joven universitaria que viajaba junto a Dunia. Ambas amigas, iban bien pertrechadas. Las dos habían cuidado hasta el detalle la vestimenta, bragas y calcetines a juego, que iban a lucir frente a sus compañeros de vagón. Éstos, asombrados por lo que estaba sucediendo a su alrededor, reían a escondidas y lanzaban disimuladas miradas a los atrevidos jóvenes que, entre tanto, continuaban su viaje escuchando música, leyendo un libro o hablando con su acompañante. «¿Qué ocurre?» «¿Es un anuncio?», preguntaban varias voces al mismo tiempo. Y todo el mundo se giraba en busca de la cámara que, en la mayor parte de las veces, ni tan siquiera aparece.

(Las imágenes corresponden a la campaña del pasado año en el metro de Nueva York y que treneando ya publicó en su momento https://treneando.wordpress.com/2009/11/20/metro-de-nueva-york-en-panos-menores/)

(Fuente Ideal)

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