Tren y cine: ‘Aquel maldito tren blindado’ (‘Inglourious Bastards’)


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La filmografía dedicada a la Segunda Guerra Mundial es muy amplia. Y películas de este género donde el tren tenga una presencia significativa también son abundantes. Quienes siguen este blog han podido leer lo que publiqué en su día sobre ‘El Tren’ de Frakeinheimer, quizá uno de los grandes filmes que aunan todo lo que representa el mundo del ferrocarril. Y ahora que se conmemoran los 70 años del comienzo de la contienda mundial me viene a la cabeza la cinta de Enzo G. Castellari ‘Aquel maldito tren blindado’, que recibió en el mercado anglosajón el nombre de ‘Inglourious Bastards’.

Precisamente el célebre director americano Quentin Tarantino, muy aficionado a las películas de los años 70, se ha fijado en este clásico de Serie B para su proyecto titulado «Inglorious Basterds«, aunque para nada se trata de un remake de la primera. Esta cinta, que interpreta Brad Pitt, se mostrará el próximo 19 de septiembre en el Festival de Cine de San Sebastián, a donde acudirá para promocionarla el propio actor nacido en Oklahoma y criado en Springfield (Missouri)

‘Aquel maldito tren blindado’ es una película de guerra italiana del año 1977, y que está dirigida por el director especializado en los spaghetti westerns Enzo G. Castellari, con Sergio Grieco de guionista. La película se encuentra ambientada en la Segunda Guerra Mundial, y cuenta con las interpretaciones de los actores Bo Svenson, Fred Williamson, Michael Pergolani y Peter Hooten.

La acción se sitúa en Francia, en algún momento del verano de 1944. El desertor Burl (Jackie Basehart), el ladronzuelo Nick Colasanti (Michael Pergolani), el «asesino» Fred (Fred Williamson), el amotinado Tony (Peter Hooten) y el teniente Jaeger (Bo Svenson), forman parte de un grupo de soldados americanos condenados a morir fusilados debido a crímenes de guerra en un campamento aliado cercano a las Ardenas. Durante el traslado, y aprovechando un ataque aéreo por parte de los nazis, consiguen partir en dirección a la frontera suiza. Ayudados por un desertor alemán que encuentran más adelante, el grupo de seis hombres está a punto de huir definitivamente, pero topan con un comando infiltrado aliado con uniformes alemanes, al que, por error, eliminan. Poco después son encontrados por miembros de la resistencia francesa, quienes confundiéndolos con el comando verdadero, les informan de «su» peligrosa misión: apoyados por la resistencia, tienen que asaltar un tren blindado alemán fuertemente custodiado, con el objetivo de robar el giroscópio de un Cohete V2. El grupo de renegados no tendrá entonces más remedio que embarcarse en la misión y cumplirla antes de escapar.

Aunque no puede catalogarse entre las cien mejores películas de guerra, el film de Enzo G. Castellari tiene elementos curiosos que, más allá de la credibilidad del argumento, hacen entretenida, al menos, su visionado. Se pueden reconocer elementos claramente entresacados de películas clásicas del género como “Doce del patíbulo”, “El desafío de las Águilas”, “La Gran Evasión”, “La Cruz de Hierro”, el citado film “El Tren” o “Los violentos de Kelly”, mezclados con unos personajes al estilo de “Los Panzer de la Muerte”.

“Castellari nos ofrece una película bélica llena de aventuras, de lances grotescos y/o humorísticos, de un impecable acabado técnico. Recordemos, por ejemplo, en el último tercio de la cinta, cuando el grupo de desertores liderados por el teniente Yeager, con ayuda de la resistencia francesa, sabotea el tren blindado que oculta un laboratorio móvil donde se perfecciona una nueva V-2. Sin olvidar, además, el encuentro de los desertores que lidera el teniente Yeager (Bo Svenson) con unas enfermeras alemanas que se bañan en un río (¡), y que ofrece una imagen provocativa, turbadora: al ver los uniformes estadounidenses de sus «galanteadores», las chicas empuñan MP40 y los ahuyentan a tiros… completamente desnudas”. “Aquel maldito… posee un tono frívolo, desdramatizado, alocado –la acción no cesa nunca–, similar al cine sobre piratas y swashbucklers que cultivaba el cine transalpino en los años sesenta. Un tono, decíamos, que contrasta abruptamente con el trágico final del relato, destinado a mitificar al teniente Yeager y a sus hombres, bribones con un alto (y raro) sentido del honor”.

Esta es la descripción que hace Antonio José Navarro en “Dirigido por….” de esta cinta del cine italiano en la que Tarantino posó su vista y quiso rendir homenaje con la versión (aunque nada tienen que ver ambas películas) que presentó en el último Festival de Cannes y que tituló de forma casi idéntica «Inglorious Basterds (solo cambia la última vocal). Antes de filmar “Inglourious…”, a la hora de hablar sobre el nuevo proyecto Tarantino comentaba: “Voy a encontrar un lugar que se parezca, de alguna forma a las locaciones españolas de los Spaghetti Westerns, una tierra de nadie. Con soldados americanos, campesinos franceses y la resistencia francesa a la ocupación Nazi. Así es como va a ser mi Spaghetti Western, pero con la iconografía de la Segunda Guerra Mundial.”

El tren (el único elemento que justifica la presencia en esta página) ocupa protagonismo en el último tercio de la película, rodada prácticamente en su integridad en los estudios de Roma de Cinecittá y en los alrededores del Castillo Odescalchi, en Bracciano. Una de las máquinas de vapor de los ferrocarriles italianos ( Ferrovie dello Stato), concretamente la FS 740.123 ocupa el lugar central del film, junto la tender numerado como 740.031 y que no se esconden ante la cámara, sino todo lo contrario. La locomotora italianas 740 es la más clásica puesta en circulación para los trenes de mercancías.

Cuando el FS se formó en 1905, se diseñaron doce tipos de locomotoras de vapor estándar, que fueron a cubrir todas las necesidades establecidas para este tipo de tracción. Entre 1911 y 1923, se construyeron un total de 470 vehículos, lo que hace que grupo constituya el parque de vapor más importante de la FS. Las 740 fueron utilizadas hasta el mediados de los años 70 y todavía representan el grupo más importante de locomotoras de vapor preservado para servicios especiales.

Y especial es la aportación de Emilio Ruiz del Río, nuestro particular y más que reivindicable Tsuburaya (Conan, Dune, Operación Ogro….), que con sus espectaculares maquetas hace mucho más creíble la destrucción del tren, aunque sólo se trate de la recreación a escala de un ataque controlado al convoy férreo. Porque al final, la escena más memorable de esta cinta es un puro ejercicio de entretenimiento que se hace casi real ante nuestros ojos por el buen trabajo artesanal de Emilio Ruiz del Río, un verdadero especialista en recrear escenarios con sus memorables maquetas. El descarrilamiento de la maqueta móvil del tren en ‘Aquel maldito tren blindado’ y la explosión de la estación, una maqueta corpórea que ocultaba la estación real, acreditan el realismo y la espectacularidad de sus resultados. En esta película, donde apenas había un avión que volara, pintó una flota entera en el aeropuerto y luego los hizo volar, deslizando el cristal donde los había pintado. Porque al fin y al cabo, eso es el cine; hacer creíble la imagen que nuestros ojos ven. Y, la verdad, el director Castellari se mostró altamente satisfecho del fino trabajo de nuestro gran maquetista internacional.

Emilio Ruiz del Río, poco conocido del público, era muy especialmente apreciado por los profesionales. Fue uno de los mejores decoradores en el mundo de siglo XX con una filmografía de unas quinientas películas. Este gran artista, de una discreción absoluta, se consagró siempre intensamente a su trabajo sin querer nunca cesar su actividad a lo largo de unos sesenta años de vida profesional. En 2007, Sigfrid Monleón realizó un excelente documental «El último truco», un film de 90 minutos sobre la carrera de Emilio Ruiz del Río, su arte de truquista y el mundo de la ilusión en el cine. Este documental reveló unos de los secretos de rodaje y los métodos empleados por el famoso decorador: cristales pintados, cristales combinados con espejos, maquetas pintadas en chapa de aluminio, maquetas fijas o móviles (trenes, puentes levadizos, barcos, etc.). Emilio Ruiz del Río falleció meses después, en un hospital de Madrid a consecuencia de una insuficiencia respiratoria, el 14 de Septiembre de 2007. Este increíble e imprescindible artista de cine tenía 84 años, de los que 65 los pasó en los estudios de cine.



Trailer del film de Tarantino

5 Respuestas a “Tren y cine: ‘Aquel maldito tren blindado’ (‘Inglourious Bastards’)

  1. Muy interesante el artículo, bien documentado. Y sobre todo tiene muy buena pinta el film de Tarantino. En cuanto salga me la bajo… Perdón, la voy a ver al cine.
    Un saludo

  2. Mikel, eres un crack. Mejor dicho, eres un máquina…de vapor.

  3. Sobresalientes todos los trabajos sobre cine y tren!! Permiteme aportar un pequeño homenaje al trabajo de Emilio Ruiz Del Rio:

    Saludos!!

  4. Pingback: AQUEL J****O TREN BLINDADO. « CINE Y TRENES

  5. Existen muchas películas sobre las guerras mundiales unas son muy malas que solo se basan en muertos, sangre, explosiones, otras en verdad impactan y se convierten peliculas exitosas que pasan de generación en generación, bastardos sin gloria es una película que me encanto excelentes actuación y una historia muy buena

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